The inscription and the couple

 


La Inscripcion y la Couple: Notas de Fenomenología de la Creación

©Por Abdel Hernandez San Juan


  En esta ocasión que nos reúne un concepto tan significativo como el del “proceso creador”, yo me voy a centrar en discutir uno de sus aspectos, el de la relacion entre el ser, el pensamiento y la escritura, entendiendo esta última como el medio en que aquel ser y aquel pensamiento abran de inscribirse.

  Al volverse escritura una vez leída, aquel pensamiento y aquel ser que antes de ser escritos eran solo un “querer decir”, un “deseo de expresión”, una motivación, han pasado a la forma, se han vuelto a un media en el cual se han inscrito. 

  A este espacio que va desde la relacion previa entre el ser y el pensamiento antes de ser escritos, es decir, en el horizonte previo del “querer decir”, del “querer expresar”, y el proceso por medio del cual ese ser y ese pensamiento se inscriben, la entendemos en general como el “proceso de creación”.

  Este esquema, sin embargo, aunque nos sirve para ilustrar desde afuera a que nos referimos cuando decimos “proceso de creación”, simplifica tanto las cosas que en realidad las desatiende. 

  Supone, por un lado, que el ser y el pensamiento tienen ellos una forma en sí que está ya dada de antemano en el “querer decir” respecto a lo cual entonces la forma en que se va a decir, sirve de medio o vehículo, como si el proceso de darle forma, en la escritura, no tuviera implicaciones para el ser y para el pensamiento.

  Primero porque, viéndolo del lado de ese ser en sí y hacia sí, el ser para poder ser en la escritura tiene que hallar el lenguaje y el modo de escribir en que puede ser, segundo tan pronto quiere ser en ese medio o forma, este, según sus reglas gramáticas, le exige y le pide, le impone requerimientos de composición, redacción, forma y estilo, en los cuales para poder ser tiene que hallar ese lenguaje y tiene que ser en él y ser él. 

  A la vez tiene que dejar de ser como era un ser antes de ser en esa forma, porque una vez comienza a ser en esa forma, la de ese medio, aquí la escritura, ya no puede ser en los mismos términos, ya no puede incluso ser un ser como el ser es fuera de esas formas y esto inicia en el proceso de escribir un dialogo continuo entre el “querer decir” correlativo al ser en si supuesto anterior y simultaneo a la escritura, y las formas como en la escritura con sus reglas ese ser va siendo y deviniendo. 

  A esta relacion entre el ser y la escritura, entre el ser y la forma, entre el ser y el medio en que se inscribe, que hemos visto como un dialogo entre el querer decir y la forma, la llamamos una couple, porque viene desde el ser hacia la forma y desde esta última hacia aquel requiriendo un apariamiento, la couple define aquí esa pareja o noviazgo en que ya el ser no puede ser sin la forma y el media en que se inscribe a la vez que a la inversa, la forma misma, o el media de esa forma, no pueden ser sin ese ser en que son y adquieren un sentido, sentido que sin esas formas no habría hallado su génesis, pero sentidos que esa forma no habría recibido en su nuevo modo adquirido sin un ser y su “querer decir”. 

  En términos abstractos diríamos que se trata de un apariamiento antes de estar apariados en los modos concretos en que se inscribe porque el “querer decir” requiere una forma, siendo pues este apariamiento condición de posibilidad de cualquier forma de la creación, un a priori de uno respecto al otro, también en lo concreto una vez apariados ya son inseparables y la pareja efectiva puede durar tanto como dure un estilo, una forma de expresar y una obra.

  En el dialogo de esa couple, el “querer decir” se modifica, porque al venir desde la forma en que se va inscribiendo de vuelta hacia el ser que siente y quiere decir, el dar la forma que ha requerido trabajar con reglas gramaticales, comenzó a incidir en la producción de sentidos, tan pronto comenzó a volverse forma en ese media, los sentidos que aún no tenían forma en el solo “querer decir” hallaron su primer modo de ser formas del sentido en pautas de lenguaje en las que se volvió inscripcion, estas no solo participaron en la forma que adquirió, no solo vinieron después a ponerle una forma a algo que no la tenía, sino que participaron en su génesis, es ello lo que Jacques Derrida define como la relacion entre génesis y estructura. Es requerida una estructura, aquí la de las reglas gramaticales, para que haya una génesis.

  Esta relacion con la estructura, sin embargo, que Derrida discute como nosotros del lado de la génesis en la fenomenología, es también crucial para entender de que lado se han separado y distinguido hasta la actualidad las distintas formas o tendencias, supuestos y preceptos respecto al “proceso creador”, dado que ha sido precisamente la comprensión de la estabilidad de una estructura lo que condujo las formas de la interpretación de las obras por lo que en estas, per se a las motivaciones y razones autorales, prevalece como autonomía estructural del texto en la relacion entre este como algo en si separado de su autor y el acerbo de los lectores, las audiencias y la sociedad sin necesidad de recurrir a aquel.

  Pero si bien esta última acepción que condujo en gran medida a la interpretación semiótica de la obra de arte que yo mismo he practicado en la crítica y continúo haciéndolo se aleja del autor en aquel sentido del “querer decir” o las motivaciones autorales, esta, sin embargo, requirió antes, para dar con la estabilidad de su estructura de un recorte sincrónico aquí y ahora de la sociedad el mismo supuesto en el proceso creador. De hecho, para poder recortar en la autonomía de las obras sus estructuras fue requerido el recorte sincrónico de la estabilidad estructural del mundo social y para dar con este último fue requerido antes dar con la estabilidad estructural sincrónica de la lengua.  

   A diferencia de aquella, que prescinde en realidad, sobre todo, de un tratar de ver en las obras expresiones de la conciencia autoral y lee entonces las obras abriéndose a la sociedad por el lado de la polisemia interpretativa, la entropía y la pluralidad de ello resultante, es decir, según el acerbo de los lectores y audiencias, el análisis de la relacion entre génesis y estructura, que tampoco se refiere a un supeditar la interpretación de las obras a las intenciones autorales, ni de un ver al creador en el sentido auratizado del creador exnihilo, se refiere a un tiempo y un espacio que simultáneo y sincrónico lo es una vez del lado del individuo, el nuestro, el de esta reunión, el único lado en que esta “el proceso creador”, y lo es otra otra vez del lado de la sociedad o lo colectivo. 

  El tiempo y el espacio a que nos referimos aquí, que es un tiempo sincrónico y procesual, es un tiempo y un espacio que corresponde al individuo uno, lo cual no implica que no se aplique más allá solo que en otro modo que va desde lo individual. Este aquí y ahora del presente vivo y vivencial no se aplica solo al análisis del proceso creador para el cual es decisivo, sino también para muchas otras formas de la sociología que por el motivo que nos ocupa, se centra en como es el mundo de vida aquí y ahora, como conocemos, como nos relacionamos y vivimos, como se relacionan el self y lo social, como se relacionan la experiencia, los acerbos, las pertinencias y las tipificaciones en los mundos de vida, como comprendernos y entendernos a nosotros mismos, a cada quien y a los demás, en que hemos devenido, quienes somos y que es de nuestros conceptos e ideas del mundo, memoria, cultura, ser, modernidad, o como la sociedad se reproduce no solo en lo biológico, sino en tanto sociedad, cultura y comunidades, que contempla la educación y la transmisión social del conocimiento, los valores y la tradiciones. 

  Todas estas son formas del análisis que requieren situarse en la relacion entre génesis y estructura, el mismo tiempo sincrónico que requerimos en “el proceso creador” y habría que decir que en la distinción entre un “proceso creador” inaccesible, inmaculado, auroleado por una sacralización de los otros a las que pocos tenemos acceso que entenderíamos como ese “proceso creador” al que nos referiríamos como él es o seria perse como si no hubiéremos reparado en él y allí donde en su diferencia “el proceso creador” pasa a ser como en esta ocasión algo intencionalmente resaltado, donde el reparar sobre el se vuelve una intencionalidad, o donde incluso deviene programático, se trato precisamente de un resaltar la vida que llama al primer plano “el proceso creador” porque también en cierto modo lo desacraliza o trae sobre el un sublime mundano. 

  También es decisivo en el análisis de la búsqueda y desarrollo de lenguajes para la expresión del individuo que se da cuando buscamos una forma del y al filosofar en la escritura en la que podamos expresarnos, por cuanto aprender a ser escritores consiste en dar con un lenguaje propio, algo que se hace especialmente visible y notable, y diría sobre todo, en el ser escritores y en los talleres de arte cuando la enseñanza consiste en como el individuo va hallando un lenguaje propio para expresar su ser o para volver sobre si y tratar sobre el, para hallar una forma expresiva que mejor corresponda a su mundo interior, a ir desde el o tras el y a su relacion con la forma a que se aparia y lo modifica, este punto, que nos conduce al expresionismo en filosofía y también en arte, requiere de ese mismo espacio y ese mismo tiempo del proceso creador, su necesidad se corrobora sobre todo en la transmisión social del conocimiento y las técnicas.

  Pero no hemos visto que ocurre antes entre el ser y el pensamiento, y como el apareamiento no es solo entre el “querer decir” y la forma, el ser y la forma, sino también entre el ser, el pensamiento y la forma o el medio en que se inscribe.

  Recordemos que en la lógica del ser Hegel no solo sostiene sino que hace de ello el centro de su filosofía del ser que la reflexión y el pensamiento son abarcados por la filosofía del ser y en última instancia formas del ser. Para poder ser pensamiento este primero tiene que ser en los dos sentidos de esta expresión, tiene primero que ser de simplemente ser y tiene después que, ahora a nivel ontológico, ser pensamiento, la relacion entre ambos es también un apariamiento, una couple. 

  La realidad de este apariamiento la vemos asi, el “querer decir” solo corresponde al ser, el pensamiento no es el por sí mismo algo que tiene un “querer decir” o que “quiere decir”, solo el ser quiere decir, al percatarnos de que el pensamiento no tiene un “querer decir” ni quiere decir, surgen de inmediato dos preguntas, la primera, si el pensamiento no tiene en si un “querer decir” ni quiere decir y solo el ser lo tiene y lo quiere, como es entonces el pensamiento un ser?, la segunda pregunta, si el pensamiento no quiere decir ni tiene un “querer decir” porque consiste, como es entonces que el consiste en algo que tiene un sentido como lo tiene lo dicho. 

  La respuesta a estas dos preguntas nos lleva a la comprensión del apariamento que mencionábamos que como el primero entre el “querer decir” y “la forma”, hace inseparables al ser, el lenguaje y el pensamiento.

  En estas preguntas el pensamiento parecería supeditarse o en cierto modo requerir y hasta depender tanto del lenguaje como del ser, necesitar de su apariamiento a ellos para poder ser pensamiento, no tendría el mismo un “querer decir”, pero lo recibiría en su apariamiento con el ser y el lenguaje pues al abarcar al pensamiento como una forma del ser el primero recibiría su couple desde ese “querer decir” del ser y seria aquí, en este momento supeditado en la couple, en última instancia lo dicho de ese decir que aunque no lo recibiría en su génesis de sí mismo le llegaría apariado desde el ser y pasaría a el volviéndose con el cómo en ese momento con su esencia. 

  El “querer decir”, por lo demás, no es el ser solo, sino ya buscando el lenguaje, buscando la forma y al pasar del deseo de expresión a apariarse con la forma y el lenguaje la couple para el pensamiento se completaría en el lenguaje pues solo en lo dicho del decir recogemos del lenguaje, lo que del pensamiento podría suponer ese decir. Le faltaría aquí en “el querer decir” al pensamiento su reflejo, su abstracción y la fuerza de su concepto, pues todas las formas del decir, obviamente, no son pensamientos, y no deberíamos aquí indistinguir reflejo de pensamiento, pero por uno de sus lados, allí donde preguntamos como el pensamiento no tiene “querer decir” y porque parece en términos de sentido de algo como lo dicho o el decir, requeriría la relacion recibiéndola en la esencia del ser y del lenguaje y menos dando de si o de su esencia al ser y al lenguaje.

  El apariamiento sin embargo entre ser, pensamiento y lenguaje, puede darse en la dirección contraria, cuando son el ser y el lenguaje los que reciben del pensamiento la forma que adquieren. 

  Veámoslo asi. 

  Hegel establece una distinción entre momentos del ser y el primero de ellos es el “ser en sí” que es el ser ontológico el cual es uno consigo mismo, que es como la mismidad algo indiferenciado respecto a lo cual no tenemos aún ninguna extrinsecación o relacion externa, lo que simplemente es con ese devenir supuesto en el concepto mismo de ser como su movilidad interna lo que lo hace ser y lo que es.

  Sin embargo, desde el momento en que el sentir de ese “ser en si” aun quitándo el lenguaje, solo puede reflejarse en un sujeto que lo siente o percibe como un “ser en si” indiferenciado, el pensamiento está ahí. Si el sujeto esta desde el principio en el sentir, el corroborar y el percibir que el ser puede ser en sí sin extrinsecación, pero el mismo es ya una extrinsecación, como puede este ultimo ser a la vez una extrinsecación y un “ser en sí”.

  Desde aquí el apariamiento comienza a correr a favor del pensamiento respecto al ser y al lenguaje y estos últimos a recibir entonces de aquel la forma que reciben, pues no tendríamos reflejo o representación, no tendríamos sentir o percepción de que ese ser puede ser en si una mismidad sin la subjetividad en que no solo se recoge y expresa, sino en que se reflexiona, se abstrae y se vuelve concepto, “ser en sí” es, por lo demás, también ya un concepto. Es en la lógica del concepto donde único el ser en si puede ser sentido y representado.

  En su lógica de la esencia y el concepto Hegel dice que el concepto es la verdad de la sustancia (aunque la sustancia no es la verdad del concepto, agrego yo, pues en él esta es superada a la vez que negada) y que en el concepto la esencia se divide, la remitencia del concepto a la sustancia y a la esencia, está relacionada con esa simultaneidad a través de la cual ser en sí y pensamiento aparecen simultáneamente requiriéndose uno al otro, apareándose entre sí también desde el principio con el lenguaje pues como podría ser un ser en sí que solo es en su mismidad indiferenciada de ser si tiene a la vez y simultáneamente un sujeto en que se refleja y lo extrínseca, de donde proviene este sujeto en la pregunta ontológica si haciendo par a la vez y al mismo tiempo con aquel ser en sí, le es extrínseco, ello supone que el concepto, como la esencia, es de una naturaleza distinta a la del ser aunque requiera del apariamiento con este ultimo y el lenguaje para ser pensamiento. 

  En la lógica del ser Hegel establece una distinción entre un ser en sí y un ser puesto, el lenguaje y la escritura, podríamos decir, serian de esta segunda forma según el puestas, pero decía entonces que la reflexión es una forma de ser puesto como un modo de aludir a esa extrinsecación que hemos referido, pero luego dice que el “ser en si” media al ser puesto haciendo que la reflexión, originalmente puesta o extrínseca a aquel pase a ser una forma del “ser en si” a la vez que también se refiere a formas en las cuales el ser puesto trae hacia si “el ser en sí” y lo media hacia la forma suya.

  Es de suponer que nada quede exento y todo requiera de este momento del ser para poder ser pues hasta cuando decimos que el leguaje es o que el ser es en el lenguaje o que el pensamiento es necesitamos que sea en sí, que sean y que sean lenguaje y pensamiento.      

  La relacion más tacita para este apariamiento de ser, lenguaje y pensamiento con este “ser en si” la vemos dentro del lenguaje donde para dar con aquello que simplemente es sin que nada se haya extrínsecado el ser en sí y el devenir supuesto en el tiempo en que ese ser es, deben apariarse en la clausula es, en ingles el is y el are como las conjunciones que forman el verbo ser y estar, espacio y tiempo, es al cual recurrimos en su forma articuladora sin que haya aun aparecido un ser subjetivo. Ello nos remite a la distinción entre el ser subjetivo o vivencial y él es del tiempo, el devenir y la sustancia, y se corrobora como apariamiento en el lenguaje cuando entre el ser espiritual o vivencial de las relaciones de lenguaje entre sujeto y predicado, en el is y el are, en el es, se conjugan y se aparean con el verbo del devenir, el acaecer y el tiempo formando una couple.

  A modo de cierre no debemos olvidar que en su forma primera y última la lógica del concepto es remitida a la relacion entre un sujeto y un predicado, que supone a la vez, el apariamiento con el lenguaje y con el ser pero una vez estos corren ya tras el pensamiento o supeditados a él, las relaciones de momentos son aquí cruciales en términos de espacio-temporalidad porque aunque todas las formas del ser y del lenguaje ciertamente quedarían supeditadas a este principio del concepto, la relacion sujeto-predicado, esta relacion adquiere a su vez forma en el lenguaje cuya gramática y estructura se forman de ella y consisten en ella a la vez que ninguna de las formas o momentos del ser, ciertamente, podría escapar a ella, toda vez que el ser es sentido o representado, ello que Derrida llama el aparecer de nosotros mismos ante nosotros mismos como primera forma del signo, es ya entonces una forma del pensamiento. 

  De la sustancia y de la esencia cuya verdad ultima de ambas es el concepto en el cual a su vez ambas son superadas y negadas, el pensamiento recibe esa naturaleza que le permite correr a la par del ser del que surge la pregunta misma por la ontología de esa mismidad indiferenciada. Sin haber recibido su naturaleza de aquellas no podría el sujeto estar allí extrínsecado para reflejar ese ser y su ontología, dado en ello por dicho que el pensamiento y el ser no corren igual en lo que los hace inmateriales o espirituales, aquí cuando en el segundo abstraemos solo el ser vivencia perse al es del puro devenir o del tiempo, pues el pensamiento supone y requiere una alta abstracción, la del concepto, que ha requerido distanciarse no tanto del ser como del tiempo del ser, o de su relacion implícita al devenir que lo hace ser, para abstraerlo entonces en un modo que no corre parejo con aquel ser que simplemente seria en si sin extrinsecación, al mismo tiempo, lo hemos visto, el pensamiento tiene que ser y ser pensamiento, el como lo es o el cómo recibe el ser en su apariamiento, lo hemos visto respecto al querer decir, ambos se unifican y sintetizan en la necesidad de decir o de expresar pues un pensamiento que no se comunicase o que no requiriese ir más allá de un simple ser pensado, para ser comunicado, no tendría lo que del ser este recibe como su propia necesidad de ser pensamiento, su propia razón de ser.

  Pero la Couple antes discutida entre ser, pensamiento y lenguaje vuelve también a la inscripcion con la cual necesitan apariarse no solo el ser que veíamos antes, sino también el pensamiento y el lenguaje. 

  Cuando tenemos un pensamiento, o un conjunto de pensamiento que conforman un pensar tenemos aún solo un cumulo de abstracciones, pero mientras volvemos sobre ellas a lo largo del día, del mes o del año en el solo pensamiento sin aun tener inscripcion, ese pensamiento no tiene aún forma, cada vez es distinto, puede mantener cierta estabilidad que nos permita distinguir unos pensamientos de otros, pero nunca lo que pensamos es igual o idéntico a si mismo hasta que no recibe una forma, hasta que no se inscribe, en el paso a la inscripcion el pensamiento tiene que apariarse inevitablemente en su couple con el ser y con la forma, también con el lenguaje, con la inscripcion.

  Al llegar a la forma y tener que ser en ella comienza un primer dialogo de apariamiento entre el ser y el pensamiento atraves del “querer decir”, según la forma va exigiendo de acuerdo a las reglas de lenguaje, el ser comienza a ir y a venir como un viaje (un journey o un trip) de ida y vuelta, como en un vaiven, desde la forma hacia el pensamiento y desde este de regreso a aquella, cuando el ser va aquí al pensamiento le llega con la forma y es como si le dijera “vengo a ti con la forma todo lo que tienes acumulado tiene que pasar a mi “querer decir” para ser forma, esta exigencia la pide el lenguaje, si no le preguntamos desde el “querer decir”, aunque lo pensado en si no tenga la forma del “querer decir” no podemos transformar ese cumulo pensado, en lenguaje y en forma, no podemos darle forma ni inscribirlo, aquí el pensamiento comienza su couple con la expresión atraves del ser, para luego al irse inscribiendo en la forma, volviéndose lenguaje, ocurrirle igual que a la couple del ser con la forma, comienza también el pensamiento ahora valiéndose del vaiven que le ofrece el ser, a permearse con la forma en que haya su propia forma y se inicia un dialogo continuo entre el pensamiento y la forma que lo es entre el pensamiento y el lenguaje el cual no cesa nunca más. 

  En la couple con la inscripcion, como en aquella del ser, el pensamiento no puede ahora ser pensamiento sin lo que recibe de su dialogo con la forma y en este dialogo formar un pensamiento propio y un lenguaje propio se vuelven una y la misma cosa entre sí y con el ser, la relacion con el ser es aquí central porque solo del ser, pensamiento y lenguaje reciben lo necesario para adquirir una forma propia, pero este dialogo, este apariamiento, que lo es una vez con el ser y otra con el lenguaje, es conformador el mismo del pensamiento ya que este tiene que formarse de una relacion continua entre su inmaterialidad previa y la tangilidad en que va adquiriendo forma, de un ir y venir continuo entre una y otra.

  El cómo es conformadora del pensamiento se da igual a como vimos antes con el ser, el componer, redactar y conformar, el escribir, con sus reglas gramaticales, tan pronto comenzamos a ofrecerle un sentido comienza a pedir, a exigir según sus reglas, cuando esto ocurre, ir redactando y componiendo, ir escribiendo funciona asi, estoy escribiendo un ensayo en un libro de ensayos, he comenzado a componer, a redactar, algunas oraciones creadas con sus formas del sujeto y el predicado, del tiempo verbal, con sus subordinadas y sus artículos, con sus cláusulas y conjunciones están frente a mí, los he escrito, pero cuando los leo al escribirlo algo nuevo ha surgido, también para el pensamiento, al inscribirse a tomado una forma y esta forma, que la he creado yo, trae consigo algo novedoso e inesperado, una frescura o novedad, esta novedad no viene de la nada, se contrasta con un pensamiento que he tenido antes y se imbrica con el, gracias a aquel y desde aquel ha surgido, pero al ser escritura aún se está completando como pensamiento a la vez que está adquiriendo forma.

  Supongamos que algo del concepto, de la idea o del pensamiento previo, cuando me leo, aún no está completo, tengo entonces que ir desde cómo va este párrafo hacia aquel pensamiento solo, hacia aquella abstracción, cuando voy a ella, ella en si es un cumulo de abstracciones, cuyos recortes los conozco en la pura abstracción teórica, pero aún no se han inscrito, no tienen aún una forma leíble, llego esta vez a ellas, no como antes trabajaba con ellas en la pura abstracción, les llego ahora con un párrafo que tiene una forma frente mío, que he escrito, por un momento mi atención deja de estar puesta como hace unos minutos solo en esa escritura como pura escritura, ahora la vuelvo a leer mientras estoy con ella visitando el pensamiento, he ido al pensamiento y cuando vuelvo a la escritura ello me dice hacia donde llevarla, como imprimirle un sentido, pero cuando vuelvo a escribir queriendo dar ese sentido la escritura me pregunta, que es lo que quieres decir?, si no pregunto esto, tampoco puedo dar ese sentido aunque aquel me llegue de lo pensado y como lo pensado en si no tiene el “querer decir”, tengo que ir a lo pensando de acuerdo a la escritura que solo puede dar el sentido de acuerdo a que se quiere decir.

  Aquí se inicia la Couple pues esta pregunta por el querer decir la exige la escritura, ella la pide como el modo de inscribir o traer a su forma a la vez que como el modo de dar la forma, por lo tanto, de vuelta al pensamiento desde el sentido que voy dando al escribir según el querer decir, se inicia una relacion entre el sentido que solo llegado del pensamiento evalúa el párrafo e imprime el sentido hacia su siguiente forma o complexión de su forma final y el sentido que exigido por la escritura pide a aquel cumulo de abstracciones, pase al querer decir, como aquel no tiene querer decir, este último es ya la escritura y de vuelta al pensamiento este ya ha comenzado a recibir su forma de la escritura y ha comenzado a formarse como pensamiento gracias también a esta última, pero como la escritura tampoco tiene el querer decir, solo el ser lo tiene los tres tienen que apariarse. 

  Una vez que un número significativo de pensamientos han recibido la forma, uno como escritor y pensador, aprende luego a ir pensando según la experiencia de haber dado forma a sus pensamientos en la escritura, y una significativa cantidad de los siguientes pensamientos comienzan a ser luego formados en el pensamiento, aun sin inscripcion, según antes se han inscrito, comienza uno a pensar como si escribiera o redactara. Pero aunque piensa como si redactara aun de nuevo ello no está inscrito, por lo tanto, vuelve otra vez a iniciarse el apariamiento. El lenguaje por lo demás es al final, la inscripcion misma y por lo tanto el que en primera y última instancia, por usar una expresión económica del sentido común, le pasa el cepillo al ser y al pensamiento.

 

 

Nota 

 

Conferencia Impartida en el Centro Hispano-Americano de Cultura, auditórium de conferencias, en el contexto del simposium El proceso Creador, Febrero 2, 2.00 pm, La Habana

 

Referencias

 

Jacques Derrida, Génesis y Estructura: De la Fenomenología, Antropos

Jacques Derrida, La Forma y el Querer Decir: Notas sobre la Fenomenologia del Lenguaje, Márgenes de la Filosofía, Catedra, Margins of Philosophy, The University of Chicago Press

Hegel, Ciencia de la Lógica, Lógica del ser, Lógica de la Esencia, Lógica del Concepto, Hachete




























Notas

un ejemplo más actual es el proyecto de curso que diseñe para tuf university, experimental College of art and science, fall semester Lecturer, donde conjugaba un setting de lectura de mis libros varios de ellos sobre los medias en estados unidos en una perspectiva desde Texas, con la lectura y discusión de una muestra y textos sobre ellos presentada en rice, the market from here, discutiendo el nuevo momento pospresentation como un nuevo momento del trabajo de campo, asi como articulaba la posibilidad de discutir proyectos de los participantes potenciales, proyecto no llevado a cabo aun pero que ofrece una buena representación actualizada 


Estudiar los rituales y los modos escénicos rockers y punks—como hice en Berkeley, algunos de los cuales eran artesanos en el mercado—y como había hecho diez años antes en la havana--es estudiarme a mí mismo, acotación requerida ante cualquier suspicacia de externalismo, es una modalidad de lo que he llamado auto antropología, ya que de por sí comparto esta cultura visual en mi propia estética corporal, ella rige en mi estilo como persona y como escritor, y en mis preferencias en términos de gustos


En lo que concierne a la intertextualidad entendida en su acepción usual en este ensayo criticada en que es vista como una forma dentro del texto autoral, deberemos decir, en el sentido especifico de la sociología y la antropologia, que en mi posición evito y eludo, excluyo incluso, que las referencias a otros autores teóricos se interpongan saturando el trabajo de campo, me propongo en todo momento que estar referencias no interfieran la espacialidad y la temporalidad tanto del mundo de vida como del research empírico, de modo también respecto a esto me remito a la idea de recuadros o secuencias recuadros a propósito de los cuales puede hablarse de intertextualidad en ese restringido sentido, cuando citamos a otros teóricos en el texto


La dialogicidad de Bajtin, por el hecho de que surge de un parámetro de crítica literaria que tiene como su base la novela y el lenguaje de ficción  resulta limitada desde esa perspectiva, y de interés en mi consideración para el análisis de formas del humor en el lenguaje, la caricatura, por ejemplo, los comixs, las historietas, el joking, en el estudio de la parodia y la ironía en el lenguaje, en la semiótica de la máscara, en el estudio del teatro social y como dice Kristeva, aunque muy lejos de la intertextualidad, para el análisis de determinadas formas de lenguaje que en términos ideológicos subvierten las relaciones canónicas –el llamado mundo Alreves, según el cual la cultura popular ve hacia la cultura instituida y del canon en un sentido desacralizante, acepción de la cual me valí en mi ensayo El eclipse de la evocación, --sugiriendo el punto de vista de los vendedores ambulantes, de las formas de venta informal en los boulevares, de la cultura popular de los mercados urbanos--algo que se aplica a las artes visuales, pero el concepto de dialogo fuera de la literatura de ficción como parámetro es de por si intersubjetivo en un sentido que no admite remplazo de la intersubjetividad por la intertextualidad.  

   sometimes from or in respect to an outside, calling text the non literary social world as a kind of ontologization of the nature of the outside something that discapacite the research to the work of textualization that consisting in textualizing the non textual cant do it since intertextuality had ontologized the non textual as textual, or relation with another text diluted in the literary corpus diacronicity considered as non external to the author work, something that the theory of genres neither need, nd about the relations of the outsides to its internal universe, an issue exhausted by the socalled ideology as fake concience


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